jueves, 25 de agosto de 2011

POBREZA Y HAMBRE EN EL MUNDO. Juan Cejudo















1.- Las causas del hambre

Hoy, según la ONU, la humanidad tiene capacidad de alimentos para 12000 millones de personas. En el mundo a finales del 2010 había cerca de 7000 millones. De ellos, cerca de 1000 millones pasan hambre. Es decir: uno de cada siete ¿Por qué?

¿Es por los problemas de la sequía como ahora está pasando en Somalia y otros países de África como Kenia, Yibuti, Etiopía? No es sólo por el problema de la sequía. De hecho, en EEUU y Australia se producen con frecuencia sequías severas y no pasa esto.

¿Por qué entonces el problema del hambre? Ahora, en Somalia y regiones cercanas, cerca de 15 millones de personas están padeciendo hambre. Puede ocurrir una verdadera tragedia si no se remedia a tiempo.

Ya ocurrió en 1984 en Etiopía donde murieron 1 millón de personas. En Somalia en 1992 cuando murieron de hambre 300000 somalíes. En Malahui en 2005 cuando cerca de 5 millones de personas estuvieron a punto de perder la vida por la hambruna.

Las causas del hambre no son metereológicas, como algunos medios pretenden hacer creer a la población. Cierto que la sequía, inundaciones, tifones etc… provocan el aumento de los problemas alimentarios. Pero los problemas no son de tipo metereológicos, sino políticos, de fondo..

La persistencia y el aumento del hambre en el mundo tienen hoy como eje el persistente aumento del precio de los alimentos. Un aumento que no es casual ni azaroso ni aséptico.
Jean Ziegler, vicepresidente del Consejo Asesor del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, que fue Relator de la ONU contra el hambre, asegura que atribuir el incremento del precio de los alimentos (y las consiguientes hambrunas derivadas) al hecho de que las poblaciones de China e India ahora se alimentan más y necesitan más, como se suele hacer, es simplista y falso. Para Ziegler, son las estructuras de orden criminal del mundo las responsables de la masacre cotidiana del hambre. Incrementadas o coadyuvadas por otros factores, como puede ser una sequía.

Los especuladores financieros, causantes de la crisis mundial, deben comparecer ante un nuevo “tribunal de Nuremberg”, similar al que juzgó a los nazis al fin de la Segunda Guerra Mundial, afirma el analista y miembro del comité consultivo del Consejo de Derechos del Hombre de la ONU Jean Ziegler.













Estructuras de orden criminal como el hecho de que los países ricos exporten productos agrícolas a precio inferior al de coste (dumping) gracias a las subvenciones estatales que conceden la Unión Europea y EEUU. De esa forma los países desarrollados hunden la agricultura alimentaria de los países empobrecidos. Como Haití, por ejemplo, que vio desaparecer su sector arrocero por la importación del arroz estadounidense mucho más barato.

El que fuera relator especial de la ONU para el Derecho a la Alimentación entre los años 2001 y 2008 no deja títere con cabeza y arremete contra las instituciones que considera cómplices de esos “piratas financieros”, como la Unión Europea, a la que califica como una “organización mercenaria del gran capitalismo internacional”.











Ziegler recuerda que en octubre de 2008 “los países de la zona euro decidieron en París pagar 1,7 billones de euros para evitar el colapso financiero y garantizar los créditos interbancarios”, y que antes de que terminara ese año esos mismos estados habían recortado drásticamente las partidas del Programa Alimentario Mundial (PAM).

“Hoy día, el presupuesto del PAM es de 3.200 millones de dólares, la mitad del que había anteriormente. Eso significa, por ejemplo, que en Bangladesh se eliminan todas las comidas escolares y que un millón de niños se queda sin su principal fuente de nutrición diaria”, asegura Ziegler, quien acusa sin reparos a los “bandidos de la especulación”.

“Son criminales que han cometido crímenes contra la humanidad, en el sentido estricto del término según la justicia internacional. Sus acciones han provocado la muerte de millones de personas, mientras continúan con su estrategia para dominar el mundo”, agrega Ziegler.

“Han pasado dos tercios del tiempo desde que en el 2000 se reunieran por primera vez 298 jefes de Estado y Gobierno, y vemos que la situación es inversa. Cada cinco segundos un niño menor de diez años muere de hambre en el mundo. Más de 37.000 personas mueren de hambre cada día y 2.000 millones sufren desnutrición”, destaca.











Lo peor de todo, insiste Ziegler, es que con la agricultura actual podría producirse suficiente alimento como para mantener a 12.000 millones de personas, es decir, el doble de la población mundial actual.
“La muerte de hambre de un niño hoy día es un asesinato. Este es un orden mundial caníbal”, sentencia.

La subida del precio de cereales básicos es otro de los elementos señalados como detonante de las hambrunas en el Cuerno de África. En Somalia, el precio del maíz y el sorgo rojo aumentó un 106% y un 180% respectivamente en tan solo un año. En Etiopía, el coste del trigo subió un 85% con relación al año anterior. Y en Kenia, el maíz alcanzó un valor 55% superior al de 2010. Un alza que ha convertido a estos alimentos en inaccesibles.


Pero, ¿cuáles son las razones de la escalada de los precios? Varios indicios apuntan a la especulación financiera con las materias primas alimentarias como una de las causas principales.

El precio de los alimentos se determina en las Bolsas de valores, la más importante de las cuales, a nivel mundial, es la de Chicago, mientras que en Europa los alimentos se comercializan en las Bolsas de futuros de Londres, París, Ámsterdam y Fráncfort.


Pero, hoy día, la mayor parte de la compra y venta de estas mercancías no corresponde a intercambios comerciales reales. Se calcula que, en palabras de Mike Masters, delhedge fund Masters Capital Management, un 75% de la inversión financiera en el sector agrícola es de carácter especulativo

Se compran y venden materias primas con el objetivo de especular y hacer negocio, repercutiendo finalmente en un aumento del precio de la comida en el consumidor final. Los mismos bancos, fondos de alto riesgo, compañías de seguros, que causaron la crisis de las hipotecas subprime, son quienes hoy especulan con la comida, aprovechándose de unos mercados globales profundamente desregularizados y altamente rentables.

Si queremos acabar con el hambre en el mundo es urgente apostar por otras políticas agrícolas y alimentarias que coloquen en su centro a las personas, a sus necesidades, a aquellos que trabajan la tierra y al ecosistema. Apostar por lo que el movimiento internacional de La Vía Campesina llama la “soberanía alimentaria”, y recuperar la capacidad de decidir sobre aquello que comemos. Tomando prestado uno de los lemas más conocidos del Movimiento 15-M, es necesaria una “democracia real, ya” en la agricultura y la alimentación.

La carrera armamentista. Los gobiernos del mundo en el año 2007 gastaron 1,3 billones de dólares en armas, un 6% más que el año anterior . El gasto militar a nivel mundial aumentó el 49,2% en la última década. Sólo Estados Unidos representó el 46% del gasto militar en todo el mundo, seguido por el Reino Unido, China y Francia. España ocupa el decimoquinto lugar en la lista de los países con más gasto militar. En el mundo se gasta 190 veces más en armas que en combatir el hambre.

2. Alternativas

No basta conocer la realidad y las causas de la pobreza y del hambre. Es necesario, sobre todo, proponer alternativas que conduzca a un cambio eficiente. Entre otras, señalamos:


En primer lugar, el desarrollo de la conciencia ética y de la sensibilidad frente al dolor de millones de hombre y mujeres, particularmente niños que sufren y mueren de hambre, a través de los medios de comunicación, la educación formal y no formal. Generar, asimismo, una conciencia nueva de solidaridad a todos los niveles y de ciudadanía universal.








Desarrollo de la cultura de la austeridad. Se trata de consumir menos, no derrochar sobre todo en la alimentación, para que otros puedan vivir con dignidad. Esto está exigiendo una revolución ética y espiritual que las iglesias, movimientos sociales, organizaciones populares, ong,s, medios de comunicación… deberían priorizar en su práctica y discurso.

La solución al problema del hambre en el mundo no va a llegar por la simple ayuda humanitaria, que en casos concretos y puntuales será muy necesaria, sino por cambios estructurales en los países del sur, pues son naciones ricas llenas de empobrecidos a causa de la injusticia.


Exigir a las instituciones del Estado que aporten el 0,7 del PIB. La cooperación es necesaria, pero debe ser siempre complementaria a la lucha contra la deuda externa, a las exigencias de un comercio mundial justo y de unos mercados financieros regulados internacionalmente.


No al consumismo desenfrenado de Occidente. La socióloga noruega Harlem Bruntland ha investigado y demostrado que si los siete mil millones de habitantes del planeta consumieran lo mismo que los países desarrollados, harían falta diez planeta como el nuestro para satisfacer todas sus necesidades

El cambio climático que en algunas regiones del planeta provoca grandes inundaciones y en otras persistentes sequías. El sistema neoliberal se desarrolla destruyendo la naturaleza. Pues su criterio es producir y consumir cada vez más sin medir las consecuencias medioambientales. Sobre este aspecto, el teólogo brasileño Leonardo Boff, viene insistiendo en sus últimos libros que es urgente el respeto a la naturaleza para evitar su destrucción a manos del hombre.

Insistir en la creación de un tribunal internacional que haga justicia a los hambrientos, defienda su derecho a la alimentación, reconozca el derecho a producir sus alimentos y obtenerlos a un bajo costo y proteja el derecho a la vida.

Oponerse organizada y enérgicamente a toda carrera armamentista y a toda intervención militar, incidiendo en los respectivos gobiernos para que abandonen esta absurda e inhumana política.

Apostar por lo que el movimiento internacional de La Vía Campesina llama la “soberanía alimentaria”, y recuperar la capacidad de decidir sobre aquello que comemos. Tomando prestado uno de los lemas más conocidos del Movimiento 15-M, es necesaria una “democracia real, ya” en la agricultura y la alimentación.


El Concilio Vaticano II afirmaba: « Habiendo como hay tantos oprimidos actualmente por el hambre en el mundo, el sacro Concilio urge a todos, particulares y autoridades, a que recuerden aquella frase de los Padres: " Alimenta al que muere de hambre, porque, si no lo alimentas, lo matas " ».












El escritor Eduardo Galeano denuncia que "este sistema asesino mata hambrientos en lugar de matar el hambre”. Porque este capitalismo neoliberal, codicioso, sin freno, obsceno, desregulado e incontrolado es responsable del genocidio tolerado del hambre.

Por eso dice el obispo Pedro Casaldáliga que el neoliberalismo es la muerte.

Por eso, se hace necesario, como dice Ignacio Ramonet cambiar el sistema.

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Documentos consultados:

“Los porqués del hambre” en Adital. Esther Vivas
“Es necesario un nuevo Nuremberg para los especuladores financieros” . Ziegler
“El hambre en el mundo, un desafío de conciencia”. Comité Óscar Romero de Murcia y varios colectivos cristianos.
“Cambiar el sistema”. Ignacio Ramonet . Le monde Diplomatique

“El neoliberalismo es la muerte”. Entrevista a Pedro Casaldáliga

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