domingo, 25 de marzo de 2012

AYER PARTICIPÉ EN LA CELEBRACIÓN DEL XXXII ANIVERSARIO DEL ASESINATO DE ÓSCAR ROMERO. Juan Cejudo

 









Unas 35 personas nos vimos ayer tarde en la Iglesia de San Felipe Neri de Cádiz para celebrar el XXXII aniversario del asesinato de Óscar Romero, obispo de San Salvador.

Unas palabras de bienvenida por parte de Javier Ansó y la presentación del acto. Una música de Taizé y las bienaventuranzas de  Cuaresma que recitamos a dos coros, derecha e izquierda.

Otro canto de Taizé y luego la memoria de los mártires del 2011: una relación de 26 misioneros asesinados en diferentes países. Observé que casi la mitad de ellos habían sido asesinados en Colombia y México. Diferentes personas salieron para leer algo de sus vidas y las circunstancias de su muerte. 
 












Cada grupo de 5 nombres se encendía una vela y se iban colocando sus nombres sobre un mapa en el país donde habían muerto asesinados.









 









A continuación la carta abierta a nuestros mártires de Pedro Casaldáliga haciendo alusión a todos los mártires: mujeres, hombres, niños, ancianos, indígenas, campesinos, obreros, estudiantes, madres de familia, abogados, maestras, militantes y agentes de pastoral, artistas y comunicadores, pastores, sacerdotes, catequistas, obispos...

Luego, una reflexión a los mártires cotidianos: un recuerdo a los mártires de este injusto sistema como son : las personas que cada año mueren de hambre, por falta de asistencia médica, por los emigrantes que mueren buscando la vida, los desahuciados de sus hogares, los parados, los transeuntes, los excluidos y por todas las personas que dan su vida por defender los derechos y la felicidad de éstos.











Otro canto de Taizé y juntos, dándonos la mano recitamos la oración del padre nuestro.

Cada uno después pudo pedir por lo que creía. Yo intervine para recordar la muerte de los indígenas en Colombia, México o el Amazonas por luchar por unas tierras que son suyas, desde siglos, y las multinacionales las quieren para sus empresas petrolíferas, mineras o de plantación agroalimentaria...Por la gente que muere en África de hambre. Ahora mismo hay una emergencia en el Sahel donde más de 100000 niños pueden morir de hambre. Todo esto es consecuencia de un sistema económico injusto que debería ser sustituido por otro donde impere la igualdad entre los seres humanos y el respeto.

Con una reflexión de despedida y otro canto de Taizé terminó el acto.
















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