sábado, 18 de agosto de 2012

18 DE AGOSTO: 65 ANIVERSARIO DE LA EXPLOSIÓN DE CÁDIZ. Juan Cejudo

 












¿Cómo no recordar hoy 18 de Agosto, que es el 65 aniversario de la explosión de Cádiz?

Ese día del año 1947 todos los gaditanos que tenemos cierta edad lo recordaremos como una fecha imborrable de nuestra memoria.

Para mí, y para mi familia, fue especialmente doloroso porque ese día perdimos a mi padre mi hermana y yo y mi madre, joven, se quedó viuda. Mi padre murió aplastado por una viga que le golpeó la cabeza, en el mismo lugar de la explosión: lo que hoy es el Instituto Hidrográfico de la Marina, lugar donde explotaron las bombas que destrozaron Cádiz y dejó más de cien muertos.

Ya he expuesto en años anteriores en este mismo día 18 de agosto mis impresiones y reflexiones sobre este trágico acontecimiento.

 









Este año quiero dejar constancia aquí de un muy grato para mí encuentro, primero telefónico, después físico.

Me llamó un señor para preguntar si yo conocía a Ramón Cejudo Cebada. Pegué un respingo y le dije: -"Ese es mi padre". Me dijo que él estuvo con él muy pocos minutos antes de su muerte. Seguramente sería la última persona que le vio antes de llegar al lugar del trágico suceso. Le recordaba perfectamente. Él tenía entonces 17 años y trabajaba en el mismo taller de mecánica que mi padre en las Cuestas de las Calesas. El taller era de su padre.

Estuve conversando con él y recordando cosas de mi padre. Es la única persona que me he encontrado- 65 años después de morir él- que me ha dicho que lo conoció. Lo recuerda como una persona muy simpática, de muy buen carácter y agradable en el trato, buen compañero y muy buen profesional como oficial 1º ajustador mecánico que era. Sus últimas palabras antes de morir desangrado fueron para su mujer y sus dos hijos.

Agradecí mucho su llamada y después la conversación tan agradable que mantuvimos los dos.

Con Manuel Gómez Mesa, compañero de trabajo de mi padre


Sigo pensando que el tema de la explosión de Cádiz ha sido un asunto no cerrado sobre el que no se ha querido investigar lo suficiente, quizá para no asumir las consecuencias que tendría para el Estado indemnizar a quienes sufrieron tan duramente las consecuencias de aquellos hechos.

 









Y el pequeño recuerdo que se ha colocado en S. Severiano ha resultado ser algo ridículo. La ciudad de Cádiz se merece un recuerdo de mucho mayor relieve que lo que se ha puesto. Sería de desear que los nombres y apellidos de los 152 fallecidos aparecieran en un monumento mucho más digno que lo que nos ha puesto el ayuntamiento.


Y es que el daño ocasionado fue inmenso: 152 muertos, más de 5000 heridos y centenares de gaditanos que perdieron sus viviendas.

Descanse en paz Ramón Cejudo Cebada y los 151 gaditanos más que perdieron la vida hace 65 años en la explosión de Cádiz

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